La deficiencia de hierro es la deficiencia nutricional más frecuente a nivel mundial. En el caso de los deportistas puede llegar a afectar hasta a un 33%.
A principios del S.XXI se decubrió la hepcidina, una hormona relacionada con el metabolismo del hierro y que es la principal hormona implicada en los procesos de absorción del hierro. El mecanismo de acción de la hepcidina es la degradación de la ferroportina. Es por ello que estados crónicamente elevados de hepcidina provocarán estados de anemia ferropénica.
Se ha observado que los parámetros sanguíneos relacionados con el metabolismo del hierro pueden disminuir a lo largo de una temporada de entrenamiento; por tanto uno de los objetivos en la preparación del deportista debería ser mantener los parámetros relacionados con el metabolismo del hierro estables dentro de unos valores óptimos tanto durante la temporada de entrenamiento como en competición.
La inflamación que se produce por determinadas patologías induce a la síntesis de hepcidina ¿por qué? porque el hierro es esencial para la supervivencia de los patógenos, por ello se ha observado que muchas enfermedades crónicas cursan con una anemia por inflamación. Del mismo modo el ejercicio constituye un factor que afecta a la síntesis de hepcidina, provocando incrementos a intensidades superiores al 65% VO2máx.
Se ha observado que la recuperación con hipoxia intermitente post ejercicio tras una carrera intensa a intervalos reduce significativamente los niveles de hepcidina 3 horas después en comparación con una recuperación en normoxia. En consecuencia, una recuperación hipóxica después del ejercicio puede ser útil para atletas con niveles de hierro comprometidos para aumentar potencialmente la absorción de hierro.
También sabemos que la hipoxia intermitente reduce la inflamación crónica. Dado que esta inflamación está directamente relacionada con valores elevados de hepcidina, la hipoxia intermitente se plantea como uno de las herramientas que podemos utilizar para reducir los niveles de hepcidina y mejorar la absorción de hierro, mejorando así los estados de anemia ferropénica.
Actualmente se sabe que niveles permanentemente elevados de hepcidina, independientemente de la dieta, conducirán a estados ferropénicos. Es por ello que el abordaje de la anemia ferropénica ha puesto su foco de atención, no solo en el consumo de hierro a través de la dieta y en la educación nutricional, sino en favorecer las situaciones en las que el organismo es capaz de absorber hierro.
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