¿Cómo abordar el entrenamiento de la espalda desde Pilates?

¿Cómo nos influye y qué factores causan las variaciones en las curvas fisiológicas de nuestra columna vertebral? La perdida de longitud de determinados músculos o grupos musculares influirá en las curvas de nuestra columna vertebral, generando cambios en la mecánica general y en la postura, haciendo peligrar los principios de economía y confort. Por ejemplo, el exceso de tensión a nivel de la musculatura lumbar, musculatura preparada para un trabajo rítmico y no constante que muchas veces se encuentra atrofiada por exceso de uso, va normalmente acompañada de la retracción del psoas, lo que provocará un aumento de la lordosis fisiológica a nivel lumbar así como una restricción en la movilidad diafragmática. Entender que muchas molestias de la columna lumbar e incluso lesiones como la espondilolistesis, pueden estar relacionadas con exceso de tono a nivel lumbar y saber qué músculos o estructuras están generando o empeorando el problema, será fundamental para poder abordar el entrenamiento de manera adecuada.

Conocer también los músculos que van a establecer la posición de nuestra pelvis teniendo en cuenta su relación con la estabilidad de dicha zona es esencial para entender qué músculos o grupos musculares tenemos que trabajar y cuales debemos de inhibir, y generar a través de esta lógica, todo un entramado de ejercicios destinados a lograr nuestro objetivo.

Pero ¿cómo recuperar esa longitud que permita recuperar la lordosis fisiológica y eliminar la tensión a nivel lumbar? Sobre la musculatura acortada las técnicas de estiramiento global y las inhibiciones son un buen método, pero para poder aplicarlas hay que conocer la causa que está provocando el acortamiento porque en algunos casos este exceso de contracción va a ser debido a una posición antiálgica, es decir, a una posición compensatoria para evitar un dolor, algo que se da, por ejemplo, en las escoliosis antiálgicas. ¿Debemos de tocar en ese caso el mecanismo de protección que nuestro cuerpo ha generado? No, sin antes haber proporcionado a la zona fuerza y estabilidad, dado que la respuesta del SNC puede ser muy fuerte, lo que viene siendo "que viene peor el remedio que la enfermedad".

Cuando hablamos de tensión, hablamos de hipomovilidad, pero frente a zonas hipomóviles siempre vamos a encontrar zonas hipermóviles. Por tanto, sabemos que el movimiento es vida, pero las zonas hipermóviles no agradecerán esa movilidad, por tanto el ojo clínico del profesor se torna aquí indispensable: ¿desde qué segmentos está realizando el movimiento nuestro/a alumno/a? Utilizaremos todas las herramientas a nuestro alcance (que en Pilates son infinitas) para lograr que aquellos segmentos vertebrales con movilidad restringida se tornen flexibles, bien mediante movimiento articular o mediante respiración e inhibiciones. recordando siempre que aquellos segmentos poco estables deben de ser protegidos de dicha movilidad, puesto que sabemos que  la estabilidad será siempre una de las piezas fundamentales para el entrenamiento de la espalda.

Cualquier lesión que afecte a la columna va a comprometer su estabilidad, e incluso una inestabilidad puede ser el origen de la lesión. por lo tanto, debemos de entrenar la musculatura estabilizadora de la columna y la musculatura que da tensión a la fascia toraco lumbar.

Como dice Stuart McGuill, el mejor instructor de Pilates será aquel que haga coincidir ejercicios específicos con personas específicas, y no el que se dedique a seguir con una ortodoxia que suponga una prescripción general de ejercicio. No existen ejercicios que vayan bien a todos, cada espalda es única y su causa debe de ser valorada como tal. 

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