Según la OMS (2017) “La demencia es un síndrome, generalmente de naturaleza crónica o progresiva, caracterizado por el deterioro de la función cognitiva”.
Entre el 60% y el 70% de los casos, la demencia padecida se trata de Alzheimer, cuya afección o deterioro se centra en la memoria, el pensamiento y el comportamiento. Dependiendo de la edad en la que aparece se pueden distinguir dos tipos de Alzheimer: el de aparición temprana (antes de los 60 años) y el más común, el de aparición tardía (por encima de los 60 años).
En los datos mostrados por la Alzheimer’s Dissease International (2015), en 2015, 10.5 millones de personas lo padecían en Europa, cifra que seguirá aumentando previendo sobrepasar los 13 millones en 2030.
El resultado de esta afección es la pérdida progresiva de las conexiones entre neuronas, perdiendo la habilidad de funcionar y comunicarse y muriendo finalmente en el cerebro. Al final, el paciente pierde por completo la memoria, la actividad mental, interfiriendo en su capacidad para realizar las actividades de la vida diaria.