Porque ¿cuántos de nuestros alumnos marcarían como uno de sus objetivos principales mejorar su fuerza máxima a pesar de ser uno de los factores fundamentales para la calidad de vida? Pilates es un entrenamiento de fuerza, por ello los alumnos presentan mejoras desde el primer día del entrenamiento. De hecho la famosa frase de Joseph Pilates: “En 10 sesiones sentirás la diferencia, en 20 sesiones, verás la diferencia y en 30 tu cuerpo habrá cambiado” es completamente cierta, porque gracias a las adaptaciones que se producen en las primeras semanas, observamos incrementos en la fuerza debido principalmente a mejoras neuromusculares, aunque las cargas sean estandarizadas o calculadas a “ojímetro”. Pero ¿qué ocurre a partir de las 12-16 semanas de entrenamiento si no planificamos según ciertos principios del entrenamiento? Que aparece el estancamiento o incluso, la desadaptación.
¿Y en qué puede influir al alumno/a de Pilates este estancamiento o esa desadaptación? En tener más papeletas para dejar de desarrollar determinadas tareas de la vida cotidiana y/o desarrollar patología o lesión. Por ejemplo, tal y como nos indica Izquierdo:, "el aumento de la potencia, asociado a una mejora de la fuerza máxima por unidad de tiempo, se asocia con la mejora para desempeño de determinadas tareas de la vida diaria, como subir escaleras o levantarse de una silla".
Para mejorar la potencia los ejercicios de Pilates planteados deben de tener unas características específicas de carga, velocidad y recuperación entre series.